24 de octubre de 2004

La selección catalana de hockey (sobre patines) gana el Mundial B

Y allí estaban Maragall y Carod. No estaba Mas, que tenía reunión de CDC, probablemente para aclararse sobre su idea de Europa. El convergente ya había ido antes a un partido de ese Mundial. "Quién ríe el último ríe dos veces" parece decir la sonrisa sagaz - comme d'habitude - del President. La de Carod - la sonrisa, menos sagaz - no aparece en El País, pero no es difícil imaginarla. También estaba, incluso a la hora de las fotos que es para lo que se va a este tipo de cosas, Camilo Alonso Vega. No era el antiguo Ministro de Gobernación de Franco, compañero de promoción de éste y que capitaneara en la Guerra las campañas de Bilbao, Santander y, pásmense, Cataluña. El Vega actual, de quien ignoro si tiene parentesco con el Vega de entonces, es cónsul español en Honk Kong. El PP ya ha pedido explicaciones al Gobierno sobre el asunto. Sobre todo el asunto.

Desde el tripartito - Maragall y Carod, tal vez a Saura, que había jugado al fútbol, el hockey no le guste, aunque obtiene el premio de consolación de un artículo de opinión sobre los veinticinco años del Estatut -, se dice que todo esto es deporte y que no hay que buscar - ¿dar? - más explicaciones. Pero en el diario de Maragall, en mi diario, la noticia del triunfo, incluidas las declaraciones de Maragall y Carod, aparte de en la portada, se recoge en las páginas de Cataluña y no en las de Deporte. ¿Por qué?

Escuchando: Benny Golson Orchestra, Walkin'. Fresh Sound. Con una formación - Freddie Hubbard, Eric Dolphy, Wayne Shorter, Curtis Fuller, Bill Evans y Ron Carter, por ceñirnos a los que se citan en la portada del disco -, un repertorio - una estupenda versión de Autumn Leaves, Donna Lee, Stella by Starlight... - y una ciudad - New York City - y un año - 1957 - que hacen pensar que sí, que hubo un tiempo en el cual a los perros se les ataba con longanizas.

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