20 de junio de 2014

Julien Green, París


"Para un novelista, toda existencia, incluso la más simple, conserva su irritante misterio, y la suma de todos los secretos que contiene una ciudad tiene algo que unas veces le estimula y otras le abruma. ¡Qué enorme despilfarro de situaciones, de palabras, de imprevistos, de personajes, de escenificaciones! ¿Cómo no sentirse impresionado frente a semejante competencia? No es posible copiar. Sólo los incompetentes y los necios copian. No, es preciso hacerlo igual de bien, si se puede, con medios que sean nuestros. Entonces comienza el extraño suplicio de la página en blanco, en la que hay que abrir una ventana que no sea la que he visto hace un instante, pero cuyo realismo resulte igualmente categórico".

Julien Green, Paris. Traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar. Editorial Pre-Textos, Valencia, 2005.

19 de junio de 2014

Ben Brooks, Lolito


"Escric "Depressió severa" a l'ordinador de la mama. Diu que mengi verdura i que surti a voltar per fora. No crec que tingui això. Escric "Autisme". Tampoc tinc això. Escric "Càncer". (...) Escric "Com desaparèixer". Hi ha molta gent que parla de llançar-se des de dalt d'un edifici o de menjar-se una pila de paracetamol o d'altres activitats que semblen doloroses i que exigeixen coratge i també tenir cotxe.

L'ordinador diu que hi ha un bosc al Japó on una pila de gent va a suïcidar-s'hi. Lliguen una cinta de color als arbres i s'hi endinsen amb la cinta a les mans per si de cas deixen de voler desaparèixer i necessiten trobar la sortida. Hi ha moltes cintes. El bosc sembla una sala de museu plena de làsers en diagonal per evitar que la gent robi coses. Hi ha voluntaris que travessen el bosc a la recerca de cossos morts i de gent que volen ser cossos morts però encara no n'estan segurs al cent per cent. Hi ha un munt de tendes buides al bosc i cotxes vells a l'aparcament.

M'imagino una pel·lícula on dues persones tristes es troben al bosc i s'enamoren i surten del bosc i són felices per sempre més. La pel·lícula seria una comèdia romàntica amb molts acudits sobre la mort. L'eslògan seria A vegades ho trobes tot, quan ja no et queda res a perdre. La banda sonora seria de Sigur Rós.
(...)

 L'home em mira. Té a sota els ulls bosses de cansament. Penso que potser l'hauria d'abraçar. A la gent li agrada que l'abracin. Em sembla que tothom vol que l'abracin a totes hores però tothom té por i per això ningú no ho fa. Tothom s'ha d'estar assegut als llocs sense que l'abracin. Hi hauria d'haver gent pagada pel govern perquè anés als transports públics abraçant la gent. Se n'hauria de dir abraçadistes.
(...)

Els ulls li tremolen. Vull fer un pas endavant i agafar-li el cap i acostar-lo al meu. Sé que no ho faré. Sé que ens farem més alts i distants i serem adults i això serà un petit raconet de les nostres vides que s'oblidarà tret de determinats dies sota determinada llum, quan s'alci com un globus aerostàtic del mig d'un bosc inacabable."

Ben Brooks, Lolito. Traducció de Ernest Riera Arbussà. Editorial Empúries, Barcelona, 2014.

16 de junio de 2014

Bloomsday


"La pantalla formal de la escritura joyciana, hecha por igual de alusiones culturales herméticas, retorcidos retruécanos y anotaciones realistas de una precisión pictórica o fotográfica, recubre una de las visiones del mundo y la vida más alegres y sugestivas de cuantas se han concebido. Lo que la literatura de Joyce representa en la historia es una experiencia ubérrima de escritura y de vida: una experiencia cosmopolita fundada en la fricción poética de la monogamia del idioma materno con la poligamia de las lenguas y las culturas del mundo. La tradición de Joyce se remonta al origen de la cultura y recorre toda la tumultuosa historia humana: una literatura que exalta y festeja la comicidad y el placer de la existencia material y se ríe de la imagen de seriedad que hombres y mujeres se imponen constantemente como deber moral, ligado a un absurdo deseo de trascendencia para ellos y sus insignificantes actos." 
(Juan Francisco Ferré)
(El retrato de Joyce es de Marc Kluge)

2 de junio de 2014

Hi ho


"He tenido algunas experiencias con el amor, o creo haberlas tenido, aunque las que más me han agradado se podrían describir como "simple decencia". Traté bien a alguien por un tiempo breve, o quizá por un tiempo tremendamente largo, y esa persona me trató bien a su vez. El amor no tenía nada que ver.
Además: no puedo distinguir entre el amor que siento por la gente y el amor que siento por la gente y el añor que siento por los perros.
Cuando era niño, y no estaba mirando comediantes en el cine o escuchando comediantes por la radio, pasaba mucho tiempo revolcándome en la alfombra con perros que brindaban su afecto sin el menor sentido crítico.
Todavía lo hago a menudo. Los perros se cansan mucho antes que yo, y se sienten confundidos e incómodos. Yo podría seguir para siempre.
Hi ho
*
Una vez, al cumplir veintiún años, uno de mis tres hijos adoptivos, que estaba por viajar al bosque tropical amazónico con el Cuerpo de Paz, me dijo:
- Nunca me has abrazado.
Así que lo abracé. Nos abrazamos. Fue muy agradable. Fue como revolcarme en la alfombra con un gran danés que teníamos.
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El amor está donde lo encuentras. Creo que es una necesidad ir a buscarlo, y creo que a menudo puede ser venenoso.
Ojalá la gente que convencionalmente debería amarse se dijera, en medio de una pelea: "Por favor, un poco menos de amor y un poco más de simple decencia".
Mi experiencia más larga con la simple decencia ha sido con mi hermano mayor, mi único hermano, Bernard, que es un científico que se dedica al estudio de la atmósfera y ejerce en la Universidad Estatal de Nueva York, en Albany.
Es viudo, y cría a dos hijos pequeños por su cuenta. Lo hace bien. También tiene tres hijos grandes. 
Al nacer, nos dieron mentes muy diferentes. Bernard nunca podría ser escritor. Yo nunca podría ser científico. Y, como nos ganamos la vida con la mente, solemos considerarla un instrumento, algo separado de nuestra conciencia, de nuestro yo central.
*
Nos hemos abrazado tres o cuatro veces. En los cumpleaños, probablemente, y con torpeza. Nunca nos hemos abrazado en momentos de pesadumbre.
*
Al menos, las mentes que nos han dado disfrutan del mismo tipo de humor: Mark Twain, Laurel y Hardy.
Además, son igualmente desordenadas.
(...)
Mi padre le hablaba de algo que había leído en una revista el día anterior. Parecía que los científicos de la República Popular China estaban experimentando para empequeñecer a los seres humanos, así no tendrían que comer tanto ni usar ropa tan grande.

Mi madre miraba el fuego. Mi padre tuvo que contarle dos veces ese rumor sobre los chinos. La segunda vez, ella replicó lánguidamente que suponía que los chinos podían lograr cualquier cosa que se propusieran."

Kurt Vonnegut, Payasadas. Traducción de Carlos Gardini, La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2014.