No es usual que un programa de radio de alcance nacional y dedicado a la difusión de la llamada “world music” pueda llegar a celebrar 5000 ediciones. Es sin duda lo extraordinario del suceso lo que ha motivado también el lanzamiento conmemorativo de un disco que reúne a lo más granado de la escena española que ha flirteado o que se adscribe directamente a la etiqueta “world music”, colaborando con otros nombres tanto nacionales como extranjeros. La recopilación convoca a nombres con indiscutible pegada comercial, como es el caso de Ana Belén y Víctor Manuel con el grupo SAF recreando una versión africana – así subtitulada – de “Contamíname”, de Rosana junto a las Hijas del Sol – “Sonríe” -, de Niña Pastori – “Tú me camelas” con el acompañamiento de Radio Tarifa – o de los Celtas Cortos – en su día apadrinados activamente por José Miguel López – que aportan, sin acompañamiento más o menos exótico alguno, “El Emigrante Mix”. Aunque la compilación contiene un marcado tono festivo, en el cual se pueden catalogar las piezas mencionadas hasta el momento, también hay rincones para el sentido homenaje: “Zergatik (Homenaje a Imanol)” de Imanol y Georges Moustaki o “Espejo, sol y luna (homenaje a Quique Almendros en directo desde l’Espai”, que cierra el álbum y es el único corte que no ha sido extraído de alguna grabación discográfica precedente.
No querría el cronista cerrar el comentario sin destacar los momentos en los que el mestizaje musical de las muestras aquí representadas adquieren mayor fulgor: el exuberante “Cabo Verde Sabi” de Diplomaticos con Julián Hernández, Uxía y Batuko Tabanka, la extraordinaria “Cantar del alma” a cargo de Enrique Morente y las Voces Búlgaras, que le hace a uno pensar que la voz de Morente estremecería siempre, incluso aunque estuviera acompañada por los pitufos maquineros; y también preclaro ejemplo de fusión folklórica estatal, “Chimurenga del Guadiana” que interpretan – y seguro que se lo pasaron de miedo haciéndolo – Perroflauta con Luis Pastor y Kepa Junkera. También merece comentario en contraposición al resto de piezas generalmente grabadas entre finales de la pasada década y principios de la presente, una pieza del histórico jazzman español Pedro Iturralde - ¿debilidad de José Miguel López? -, a quien se representa con “Flamenco Studio”, número editado en 1976 y antecesor de tantos ejemplos – buenos o malos, voluntariosos o decididamente comerciales, esforzados o apresurados – posteriores de la tan socorrida fusión entre jazz y flamenco.
No querría el cronista cerrar el comentario sin destacar los momentos en los que el mestizaje musical de las muestras aquí representadas adquieren mayor fulgor: el exuberante “Cabo Verde Sabi” de Diplomaticos con Julián Hernández, Uxía y Batuko Tabanka, la extraordinaria “Cantar del alma” a cargo de Enrique Morente y las Voces Búlgaras, que le hace a uno pensar que la voz de Morente estremecería siempre, incluso aunque estuviera acompañada por los pitufos maquineros; y también preclaro ejemplo de fusión folklórica estatal, “Chimurenga del Guadiana” que interpretan – y seguro que se lo pasaron de miedo haciéndolo – Perroflauta con Luis Pastor y Kepa Junkera. También merece comentario en contraposición al resto de piezas generalmente grabadas entre finales de la pasada década y principios de la presente, una pieza del histórico jazzman español Pedro Iturralde - ¿debilidad de José Miguel López? -, a quien se representa con “Flamenco Studio”, número editado en 1976 y antecesor de tantos ejemplos – buenos o malos, voluntariosos o decididamente comerciales, esforzados o apresurados – posteriores de la tan socorrida fusión entre jazz y flamenco.
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