20 de octubre de 2007

Godard: Una obra maestra de dos minutos

Con motivo de la edición en un dvd de diversos cortometrajes de Jean-Luc Godard (y Anne-Marie Miéville), adjunto uno de los incluidos en el mismo, Je vous salue Sarajevo, aunque no esté de acuerdo totalmente con la traducción al español de los subtítulos, cuando menos mantiene el espíritu. A continuación del vídeo, puede leerse una nota que he preparado, algo atropelladamente, sobre la mencionada novedad videográfica.



La célebre discográfica ECM, dirigida por Manfred Eicher, bien conocida por sus ediciones de jazz – aunque no solamente se dedique a esa música – inaugura una colección dedicada al cine. La elección no podía ser más acertada ni más coherente: un primer dvd – un maravilloso artefacto visual como es norma de la casa – firmado por Jean-Luc Godard y Anne-Marie Miéville, de quien(es) Eicher ya había editado las eclécticas bandas sonoras de “Nouvelle Vague” y “Histoire(s) du cinéma”. “El está en un mundo que no es el mismo que el nuestro, pero que está al lado del nuestro”, ha dicho Godard de Eicher.


Como indica su nombre, “Four Short Films” recoge cuatro películas cuya duración oscila entre los dos minutos y los tres cuartos de hora. La pieza más corta es también la más antigua: un brevísimo cortometraje rodado sobre una foto de la guerra que asolara la antigua Yugoslavia y especialmente Bosnia – Herzegovina. Para Godard, esa tragedia es una tragedia europea y universal, que en sí es la muerte de la cultura, del arte, al menos tal y como los hemos conocido. El propio Godard reflexiona en voz alta: “Hay la cultura que es la regla, hay la excepción que es el arte”. Excepciones son Flaubert y Dostoievski, Gershwin y Mozart, Cézanne y Vermeer, Antonioni y Vigo.


También la guerra de Yugoslavia tiene un importante papel en una breve obra realizada por encargo del Festival de Cannes, en su edición de 2000: “De l’origine du XXIe siècle”, que es en realidad un vertiginoso repaso al siglo XX. Para el autor de “A bout de souffle” como para el historiador británico Hobsbawm, el siglo XX es un siglo corto: pues da inicio en la I Guerra Mundial y finaliza a final/principio de la década de los ochenta/noventa con la caída del muro y la desaparición del bloque comunista, aunque para Godard concluye con el conflicto bélico en Bosnia y Kosovo y arranca en 1900 con una imagen festiva pero inquietante, que tal vez sirva de perfecto resumen del que para él no es más que un siglo de “cien años de guerra”.


Como el buen aficionado ya sabrá, Godard en su última etapa filma ensayos, prescindiendo de la narrativa tradicional, apoyando su discurso en un océano – en el que es fácil naufragar y que es inabordable para muchos – de referencias: literarias, musicales, pictóricas, iconográficas, cinematográficas, etc. Un perfecto ejemplo de ello es la película más extensa de este lote, “The old place”, un nuevo encargo, en este caso del MOMA. Se trata de un extenso diálogo entre el cineasta franco-suizo y su colaboradora Anne-Marie, acerca de lo que es el arte. Aunque la visión continua siendo pesimista, en Godard siempre hay momentos para el humor, todo lo amargo, críptico que se quiera pero humor al fin y al cabo. Un ejemplo: Jean-Luc y Anne-Màrie hablan de una nave espacial que se ha lanzado al espacio para que regrese a nuestro planeta de aquí a 50000 años con mensajes para los que entonces lo habiten; especulan sobre los mensajes que contendrá, los mensajes que a ellos les gustaría dar, Miéville dice “acabad con la discriminación de la mujer”, Godard y a continuación propone: “ved un film de Griffith al menos una vez al año”; “es poco probable le contesta su compañera.


Jean-Pierre Gos y Geneviève Pasquier sustituyen en el diálogo a los cineastas en otro nuevo film de encargo, “Liberté et patrie” realizado para la Expo Suisse 2002: con el fondo del lago Leman, asistimos a la biografía dialogada del pintor Aimé Pache.


La obligada premura de espacio obliga a despachar con los anteriores brochazos todas las sugerencias que estos pequeños films encierran, por lo que cabe finalizar con una más que entusiasta recomendación y la confianza en que la serie dedicada al cine de ECM continuará por similares derroteros. Mejores será difícil.Como ha quedado dicho al inicio, aparte de la calidad intrínseca del contenido, la edición está muy cuidada, presentàndose a la manera de un libro de bolsillo de tapa dura, que contiene un texto de Michel Althen, así como la reproducción de los “diálogos” de las películas, acompañado de numeroso material gráfico extraída de las mismas. Eso sí, los textos constan en sus versiones francesa, inglesa y alemana, al igual que las películas (en francés con subtítulos en los idiomas de Shakespeare y Goethe). Tal vez para el buen aficionado, se trate de un detalle menor, pero es nuestra obligación hacerlo constar, reiterando nuestra efusiva recomendación.

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