Una buena noticia para el cine español, tanto por el premio de un festival prestigioso por lo que la película parece representar, aunque seguramente pasaría desapercibida entre las loas a Amenábar y el cacareo mediático motivado por Pedro Almódovar y su renuncia académica, con lo cual no ha hecho más que seguir la famosa máxima marxista - de Groucho - de no permanecer en un club que lo admita como socio. En fin...
"La Vanguardia", 6 de febrero de 2005:
El cielo se mueve doblemente para la directora Mercedes Álvarez: su primer largometraje, el documental El cielo gira,ganó el viernes uno de los tres Tigre Awards del Festival Internacional de Cine de Rotterdam reservados a la mejor realización novel. "Mercedes Álvarez nos facilita el acceso a los últimos habitantes de un pueblo con su divertido y profundo comentario sobre el paso del tiempo, y sobre la vida y la muerte, a través de su dirección simple y sincera. Su sentido de la oportunidad y su sensibilidad para la luz y la calidad del paisaje ha sido una meditación poética, muy bienvenida en estos tiempos de cultura contemporánea", apuntó el jurado de esta sección del festival, constituido por la fotógrafa norteamericana Nan Golding; la productora australiana Jan Chapman; la israelí Lia van Leer, directora del Festival de Cine de Jeruel cineasta iraní Bahman Ghobadi, y el realizador argentino Lisandro Alonso, que concedieron los otros dos Tigre Awards -todos dotados con 10.000 euros y la compra de los derechos de emisión por la televisión pública holandesa VPRO- a la italiana Nemmeno il destino y a la rusa 4.
Producido por José María Lara P.C. y Alokatu, SL, El cielo gira tiene su origen en el máster de Documental de Creación de la Universitat Pompeu Fabra. Mercedes Álvarez recordó ayer a La Vanguardia en conversación telefónica desde Rotterdam que fue este máster, del que han salido proyectos de José Luis Guerin y Joaquim Jordà, el que le propuso hacer una película sobre el tema que quisera. Luego consiguió el apoyo de Canal+ y la subvención del ICAA hasta sumar unos 360.000 euros con los que han estado rodando un año en Aldealseñor, el pequeño pueblo de Soria ya casi deshabitado -quedan 14 vecinos- en el que ella nació en 1964. La directora fue la última persona nacida allí. "Mi familia se marchó del pueblo cuando yo tenía tres años. Y yo soy la última generación del lugar tras mil años de historia. No tenía tanto necesidad de dirigir un largometraje como la necesidad muy íntima, interior, de tratar este tema", explica Álvarez, que tras el año de trabajo en el pueblo pasó ocho meses montando los 110 minutos finales de la cinta a partir de más de cien horas grabadas. "En estos documentales la escritura se da en el montaje, es donde se encuentra la forma". En El cielo gira,Álvarez retrata el paso del tiempo en el pueblo y el destino de sus últimos habitantes, y a su vez vincula a la desaparición del pueblo el trabajo del pintor navarro Pello Azketa, un pintor que pierde la vista progresivamente, y que, como la gente del pueblo, lleva años viendo desaparecer una realidad. Las del pueblo y el pintor, dice la directora, "son vidas ajenas, pero paralelas". "Ha sido una ocasión de vivir dos destinos de manera poética", señala. Una manera que se relaciona, posiblemente, con que en los últimos años Álavarez se haya "volcado en el estudio de ese género híbrido entre el documental y la ficción que podría estar representado por Agnès Varda, José Luis Guerin, Víctor Erice o Raymond Deppardon". "Me interesan las películas que no pertenecen a un género, que asumen un riesgo, que inventan sus propias reglas y el pacto con el espectador".
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