Aunque en un principio estaba anunciada que se estrenaría con el título de Desenterrados, finalmente los responsables de la cadena Cuatro decidieron ventilarse – más que emitir, puesto que lo hicieron en un par de días – esta mini-serie francesa con un título todavía peor, Los desenterrados de Le Tréport, aunque cabe reconocer que pone de relieve uno de sus principales alicientes: el enclave geográfico de Le Tréport, en la Alta Normandía. Su clima inhóspito favorece que Les témoins – título original – parezca inspirarse más en la ficción criminal nórdica – con un enfrentamiento personal entre policía y criminal, muy en la línea de Jo Nesbo – que en el polar clásico francés. También cabe subrayar que ese género - o subgénero, como el improbable lector prefiera - televisivo, conocido como "nordic noir" se va expandido de manera rápida y abarca ya un generoso ámbito geográfica que va desde Estados Unidos a Europa Occidental, pasando por la producción televisiva del Reino Unido.
Entre los principales aspectos positivos que pueden destacarse de Les témoins está, como ya ha quedado dicho, una atractiva ambientación, un original punto de partida – fallecidos recientes son exhumados y colocados en pisos piloto evocando escenas familiares - y la actriz que incorpora a la encargada de la investigación, Marie Dompnier, toda una revelación. Por el lado negativo, cierta demora narrativa – podría haberse reducido incluso el número de episodios – y Thierry Lhermitte, el policía retirado que ha de volver al trabajo por un desequilibrado criminal que le interpela mediante sus acciones, demasiado frío y nada carismático, en especial en relación a su némesis. Aunque Lhermitte parece atenazado por algunos actos de su pasado, su rostro siempre parece sufrir los estragos de alguna cosa que ha bebido o comido y no le ha sentado nada bien.
Para el anecdotario, destacar la presencia, como jefa de policía, de Catherine Mouchet, la inolvidable Thérèse de Alain Cavalier…:
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