Resulta reconfortante observar como películas realizadas hace ya más de veinte años, escasas en recursos técnicos e incluso humanos, siguen manteniendo su calidad y - cosa más difícil - su frescura. "Pauline en la playa", de Eric Rohmer, es un buen ejemplo. A su ya referido ascetismo técnico acompaña un reparto compuesto únicamente - y siendo generosos - por seis personajes principales para ilustrar - se trata de un film perteneciente a la serie "Comedias y Proverbios" - el refrán: "quien tiene boca, se equivoca", traducción bastante castiza del enunciado francés original - Qui trop parloit, il se mesfait, de Chrétien de Troyes -, pero que prefiero decididamente al "quien habla mucho, cava su propia tumba" que es la que se escoge en el subtitulado de la edición en DVD de Manga. Ignoro como se habrá resuelto la traducción en la versión doblada que, como de costumbre, he evitado. Partiendo de poco más que una leve anécdota, un guión perfecto hilvana un denso tejido de relaciones humanas ilustradas por una puesta en escena de las llamadas "invisibles" sin artificiosos acompañamientos en su realización, poco más o menos que plano/contraplano acompañando a los diálogos. Es el estilo de Rohmer, y es lo suficientemente conocido para evitar extenderme al respecto. En esta nueva versión, he disfrutado con el ambiente de final de vacaciones - algo a lo que no será ajena la labor de Néstor Almendros como responsable de la fotografía - y del dibujo de los personajes: rocosamente inmaduros aquellos que se acercan a la madurez, como falsamente maduros - pero en ocasiones más que aquellos otros - los que apenas si comienzan la adolescencia. Hacía unos veinte años que no la había visto, pero no tardarán otros veinte sin que vuelva a verla, desde luego.
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