2 de enero de 2011

Una historia optimista

Edwyn Collins, músico escocés, sufrió dos hemorragias cerebrales, las cuales le causaron afasia y hemiplejía en la parte derecha de su cuerpo. Los especialistas que le atendieron se mostraban pesimistas sobre su recuperación, descartando prácticamente que pudiera retomar su carrera.

A finales de los años setenta del siglo pasado Collins fue el líder del grupo Orange Juice, que disfrutó de un breve pero intenso recorrido creativo durante la primera mitad de los años ochenta, de la que es prácticamente íntegro testimonio Coals to Newcastle, una caja que recoge en seis CDs y un DVD los cuatro LPs de la banda, ampliados con singles y rarezas, así como material anterior a la formación del grupo y las cinco sesiones que grabaron para la radio pública británica. En su reseña, publicada en la revista Ruta 66 – número 278 correspondiente al mes de enero de 2011 -, Ignacio Juliá describe perfectamente el contexto en el que aparecieron los escoceses y el relevante papel que para alguien como yo – aunque por razones de edad, con algo de retraso – tuvieron: “(…)Aturdidos por el afterpunk que iba adquiriendo siniestra cosmética, alelados por la más vivaracha y pertinaz nueva ola, algunos recibimos su debut como refrescante desintoxicación del ya combustionado punk, una tercera vía donde no se tragaba ni con el rancio rockismo ni con la extravagante modernidad. No sólo era un grupo de guitarras maleducadas en Velvet y Byrds, trotaban sobre andamios funk, sensualidad aprendida de Al Green y, más importante, su líder era un desprejuiciado autor de canciones, una rara mezcla de frescura y causticidad, alguien incapacitado para el compromiso con la industria, sospechoso ante las proclamas de la crítica o los efluvios de la moda, descreído ante el espejismo que suponía aparecer en las portadas de los semanarios musicales. “

Tras la disolución de Orange Juice, Edwyn Collins emprendió una carrera en solitario alejada del éxito público y entre la indiferencia de la crítica especializada, con excepciones como la del ya mencionado Juliá. No obstante, en 1994, su canción “A Girl Like You” se convirtió en un éxito global. La resonancia del mismo, si bien imagino que le permitió vivir de manera más desahogada, no impidió que Collins prosiguiera su andadura artística de la misma manera que la había recorrido hasta entonces: en radical soledad, acompañado únicamente por su talento e integridad. Así, en 1998, durante el BAM, pude verle actuar en solitario en la Plaça del Rei, ante una audiencia que no sobrepasaría el centenar de personas.

Este pasado otoño Collins volvió a Barcelona y ofreció un par de conciertos ante una audiencia más numerosa y rendida tanto ante su talento e integridad como también por la entereza con la que se enfrentó a su enfermedad. Aunque con evidentes secuelas, después del accidente vascular, ha podido lanzar dos nuevos discos, Home Again y Losing Sleep. Este último, para quien suscribe, se encuentra entre lo más destacado que nos trajo musicalmente el recién despedido 2010. Quien quiera saber más acerca del duro pero ilusionante proceso de rehabilitación física, personal, artística del músico les recomiendo que lean Falling & Laughing. The Restoration of Edwyn Collins, escrito por su mujer, su complíce, Grace Maxwell. Por cierto, el hijo de ambos, William formaba parte de la banda que recaló en Barcelona el pasado noviembre.

Feliz año 2011 a todos los lectores y lectoras de este rincón. Y mis más sinceros agradecimientos.



No hay comentarios: