19 de enero de 2011

Lecturas de 2010 (III)


"Ese mandato, pensarás, era el de la disciplina y el trabajo duro, que tú has fingido apreciar al principio y luego has comenzado a apreciar realmente, atravesando el pasillo que las maestras os hacían a quienes erais más listos, ese pasillo al que entráis como niños - esto es, con sentimientos propios y personales que escuecen en vuestro interior y que apenas comprendéis - y del que salís convertidos en adultos asustados que compráis lo que os ordenan y trabajáis duro para poder comprarlo y obedecéis para poder trabajar, llenos de miedo al fracaso y sin entender que ya habéis fracasado, que sólo sois un número en una estadística. Muchos plantáis árbol y cada árbol plantado os impide ver el bosque que el incendio calcina, todos los otros árboles que la tormenta arranca de cuajo, y a eso lo llamáis vivir".

Extracto del relato Tu madre bajo la nevada sin mirar atrás.

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