Afrontaba
la lectura de esta nueva novela del estajanovista Camilleri con notables
expectativas: la última entrega de la serie Montalbano editada por aquí, Un filo de luz, me había dejado un buen
sabor de boca, después de un par – o más, pero la memoria me obliga a ser
generoso – de títulos que se dirían escritos con el piloto automático.
Es por
ello que me he sentido decepcionado. La promoción de la obra habla de un
western siciliano, la trama es atractiva: los Sacco son una familia siciliana que ha ido
prosperando con esfuerzo al inicio del siglo XX, aparece la mafia y trata de
extorsionarles, los Sacco deciden no acceder y enfrentarse a ellos, sin
embargo, la policía no colabora y ellos mismos se convierten en una especie de
forajidos (de ahí el título).
Aunque
estamos refiriéndonos a sucesos que efectivamente ocurrieron y que algún testigo de los mismos ha hecho
llegar al propio escritor, lo cierto es que la obra no llega a funcionar ni como
novela – si así puede definirse - pues le falta ritmo, ya que no es más que una
sucesión de episodios sin apenas transición entre ellos, ni como crónica,
puesto que el estilo es más bien frío y epidérmico.
(Nota: esta reseña con algunas modificaciones se ha publicado en el número 333 - enero 2016 - de la revista Ruta 66)
Andrea Camilleri, La banda de los Sacco. Traducción de Carlos Vitale. Editorial Destino, Barcelona, 2015.