14 de febrero de 2015

Inmigrante

"Alexa, y los demás invitados, y quizá incluso Georgina, comprendían todos que se huyera de la guerra, de la clase de pobreza que aplastaba el alma humana, pero no entenderían la necesidad de escapar del letargo opresivo de la falta de elección. No entenderían por que las personas como él, que se habían criado sin hambre ni sed pero vivían empantanadas en la insatisfacción, condenadas desde su nacimiento a mirar hacia otro lugar, convencidas eternamente de que las vidas reales se desarrollaban en ese otro lugar, ninguna de ellas famélica, ni víctima de violaciones, ni procedente de aldeas quemadas, estuvieran ahora decididas a afrontar peligros, a actuar ilegalmente, para marcharse, ávidas solo de elección y certidumbre".

Chimamanda Ngozi Adichie, Americanah. Traducción de Carlos Milla Soler. Penguin Random House, Barcelona, 2014.

PS: Espero que el fragmento escogido como muestra representativa entre muchos otros, pueda hacer una idea al siempre improbable lector que se pasee por este rincón, de la más que notable calidad de una novela que, por el momento, es lo mejor que este cronista ha leído en lo que llevamos de año.

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