A Andrés Ibáñez, como a mí, nos alegra "la decisión (feliz) de la editorial Anagrama de publicar y republicar la totalidad de la obra de Bolaño". A mí también me alegra que tras varias tortugas un tanto grises e introspectivas, vuelva a alegrarnos la mañana del sábado con un artículo de un entusiasmo contagioso: prueba de ello es que me decida a romper el ya habitual silencio de este rincón. Escribe Ibáñez sobre Bolaño:
"(...)Las palabras, en este caso, son un medio ambiguo: cuantas menos palabras, más fuerza tendrá la imagen. Bolaño es un maestro en este arte de imaginar con toda claridad pero no decir. Es, en fin, un maestro en el arte de dosificar información y en el arte de insinuar, de prometer algo y luego nunca acabar de darlo, o darlo en pequeñas dosis que siempre resultan insuficientes. Es como el malvado vendedor de droga, que nos incita, que nos mantiene en un perpetuo estado de insatisfacción. Quizás por eso la lectura de sus libros produce una compleja gama de intensos placeres, pero no produce nunca felicidad. Y no porque sus historias sean tristes o desdichadas, sino porque las leemos siempre con ansiedad, a veces con impaciencia, a veces casi furiosos.(...)"
La imagen del escritor como vendedor de droga me ha recordado inmediatamente al tan tempranamente desaparecido Juanjo Fernández. Por lo demás, Ibáñez concluye de manera antológica su elogio sobre el escritor chileno, convocando a nuestro admirado Thomas Pynchon:
"(...)En esto se parece a Thomas Pynchon, aunque Pynchon hace ostentación de su rareza mientras que Bolaño finge, siempre finge, igual que finge en las fotos de sus libros: finge ser un colgado que va por ahí sin afeitar, que no tiene ni para un café y que <>, cuando en realidad es un maestro incomparable del arte de la narración. En estos momentos no recuerdo ningún otro maestro que me inquiete más, que perciba más lleno de trucos y de bromas privadas. Es fascinante, pero no es en absoluto de fiar. Es un genio raro, un genio con truco. Pero no sabemos cuál es el truco".
4 comentarios:
Bolaño siempre será el más grande.Siempre un genio con sus rarezas y sus taras, como tiene que ser.
Justo ahora estoy leyendo 2666. También Ulises de Joyce, por segunda vez, y me gusta mucho más 2666 de Bolaňo.
Éste es otro pinche espam en busca de lectores:
libro de cuentos: Trolebús maravilla en trolebusmaravilla.blogspot
Perdona la invasión
Únete si te apetece a esta iniciativa , y pásalo
EL DIA 13 DE DICIEMBRE ANTONIO MACHADO RECITA Y HABLA EN LA RED
Copia en tu blog el dia 13 de diciembre un poema o un texto de Antonio Machado, o escribe sobre él. ¡Consigamos una jornada machadiana vírica!
Laura, Ruy, El pobrecito hablador...,
En primer lugar, disculpen el retraso en la(s) respuesta(s).
Laura,
Comparto su admiración por Bolaño, aun cuando no le considere el más grande. Tampoco, ahora que me paro a pensar brevemente, tengo un escritor que considere el más grande. En cine quizás lo tengo más claro, aunque dudaría entre Murnau y Ford (y posiblemente Bergman)...
Ruy,
Yo también simultaneo lecturas, tal vez demasiado... Razón por la que creo que compaginar 2666 y Ulises no me parece una gran idea. ¿Qué le gusta más la primera que la segunda? ¿Y por qué no?
El pobrecito hablador...,
¿Qué decir? Soy un desastre y llego tarde a la convocatoria. ¿Tal vez pueda comprometerme a participar en una próxima? Ruego acepte mis disculpes.
Saludos,
C.-
Publicar un comentario