24 de diciembre de 2008

Cosas que hay que aprender

Así concluye el último artículo publicado por Andrés Ibáñez en abcd:

Está todo lleno de normas, y la vida es muy difícil. Para entrar en una pastelería, desayunar en un bar o entrar en un museo hace falta una rigurosa organización mental, grandes dosis de confianza en sí mismo, poseer una voz alta y recia y no tener temor a hacer el ridículo. Y nuestra vida se consume en estas minúsculas aventuras.

Vale la pena leer el artículo completo, creánme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, el artículo de Andrés Ibáñez. Gracias por el link!

Mención aparte merecen las dependientas de la pastelería Foix de Sarrià. En su artículo "Los pasteleros" Roberto Bolaño escribe:

"(...) Lo más inquietante, sin embargo, es la actitud de las dependientas. Todas parecen estar leyendo (desde hace años)las obras completas de Foix. Todas, tanto las jóvenes como las mayores, atienden al cliente que no conocen, es decir al que llega a la pastelería atraído por los ecos del poeta que dijo que cuando dormía lo veía todo más claro, como si fueran profesoras de filología catalana o azafatas de un congreso misterioso. Puede, incluso, que lo sean. Lo cierto es que cada vez que entro en la pastelería Foix tengo la impresión de que me están examinando concienzudamente. Las dependientas más jóvenes mentalmente me compadecen y las menos jóvenes me dicen "usted nunca será poeta, porque el secreto de la poesía está en...". En ese punto nuestro díalogo telepático se corta y yo salgo a la calle comiéndome un bollo y pensando en la salud de hierro de los pasteleros.(...)"

Con estos antecedentes cualquiera se atreve a entrar en Foix de Sarrià.

Cristóbal dijo...

Óscar,

Gracias a ti por la visita y tu comentario. Muy bien traída la relación entre ambos artículos, en su momento no me acordé del de Bolaño.

Por cierto, una vez iba a entrar en la pasteleria Foix, pero...

Saludos,

C.-