Leo en Una temporada en el infierno, la entrevista que Juan Pedro Quiñonero le hace a Hubert Védrine, ex ministro de asuntos exteriores socialista, consejero de François Mitterrand durante catorce años, ha redactado para Nicolas Sarkozy, presidente conservador, un informe especial destinado a combatir la desconfianza y angustia nacional ante la globalización. A la pregunta sobre las angustias nacionales al proceso de construcción europea, que se tradujeron en Francia con el rechazo al Tratado Constitucional de la UE, Védrine responde:
"Hay bastantes razones, bien estudiadas. El apego al papel protector y re distribuidor del Estado. El apego a una identidad y una lengua amenazadas, se piensa, por la “marea” anglófona. Los celos nacionales hacia un proceso percibido como “americanización”. Una “repugnancia moral” muy francesa hacia la economía de mercado y su motor, el beneficio. La voluntad de preservar el sistema nacional de protección social. El apego católico y marxista, al mismo tiempo, de igualdad, el odio hacia las desigualdades espectaculares, el enriquecimiento provocador. Una cierta reserva irracional hacia la ciencia, con un corolario muy negativo: miedo hacia el progreso…"
Chapeau, Monsieur Védrine...
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