19 de octubre de 2005

Oído: Cowboy Junkies, "Early 21st Century Blues"


El veterano grupo Cowboy Junkies han escogido un puñado de canciones para caracterizar este nuevo siglo que tratan sobre temas como la guerra, la ambición, la violencia, la ignorancia o el miedo... desde luego no parece una visión de la actualidad como muy optimista, pero no va a ser este humilde cronista quien se la corrija. Apoyándose en un extenso listado de canciones ajenas, entre las que se incluyen únicamente dos composiciones propias de Michael Timmins – “December Skies” y “This World Dreams Of” que sin desmerecer su repertorio, tampoco se convierten en joyas del mismo -, el disco comienza con una versión de Bob Dylan – “License to Kill” -, prosigue con Bruce Springsteen – un músico que aunque no pueda parecer obvio está muy conectado con el grupo de los hermanos Timmins, como se puede apreciar en las cálidas revisitaciones de “Brothers Under the Bridge” y “You’re Missing” -, Richie Havens – “Handouts in the rain” -, antes de finalizar con “One” de U2. Con todo, lo que más atención ha capturado la atención en la escucha del trabajo, aparte del hecho de que la austera versión de la ya mencionada “One” supone un broche notable al álbum, son dos versiones de dos antiguos Beatles: “Isn’t a Pity”, de George Harrison, es un momento álgido del disco, tal vez no se hayan marcado una versión demasiado original, pero respira respeto y autenticidad, por contra “I don’t want to be a Soldier” de John Lennon disfruta de un tratamiento que va más allá de la suave voz de Margo, la solidez rítmica de Peter Timmins y Alan Anton, o del guitarreo de los setenta de los restantes hermanos Timmins: Michael y el recuperado John, introduciendo funk y rap, dándole a la canción un acabado bastante excéntrico. Y es que los Cowboy Junkies de versiones saben un rato como ya demostraron en aquel fantástico – y ya tan lejano – “The Trinity Session” – con aquella versión de “Sweet Jane” que valía su peso en oro. Las que aquí se recogen – añadir, a efectos de inventario, dos temas tradicionales más – no son tan espléndidas como aquella, pero mantienen el tipo y animan a desenvolpar el otro disco, lo que no es poco.

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