Otro año más se
me ha escapado conmemorar el aniversario de este blog. Hacer alguna entrada
relativa a la sorpresa que me produce que aún siga entrando por aquí y, todavía
mayor sorpresa, que la gente siga visitándolo. Por lo tanto, no se trataría
tanto de una entrada conmemorativa, tendría que ser un escrito de
agradecimiento a esos improbables lectores que todavía, de vez en cuando, se
siguen pasando por aquí; la gran mayoría de ellos supongo que de forma
accidental. Pero también a ellos debería mostrarles mi gratitud, igual que a
los improbables visitantes habituales.
Abrí el blog con
la intención de escribir más, de disciplinarme en la escritura. Por entonces,
aún andaba en la Universidad y un profesor que ejercía cierta ascendencia sobre
mi persona afirmaba aquello de que “a escribir se aprende escribiendo”. Hago
constar que la producción académica escrita del mencionado profesor ha sido, y siendo
generosos en la apreciación, escasa.
He de reconocer,
no sin cierto rubor, que, retrospectivamente, leo las primeras entradas que fui
escribiendo y, durante un tiempo (que no me atrevo a cuantificar) fui
escribiendo con cierta frecuencia (la cual tampoco me animo a cuantificar) y,
además, por lo que leído, creo que las entradas, más allá de partir en más de
una ocasión, de una pura anécdota, aguantan bastante bien. Posteriormente, la
cosa se fue haciendo cada vez más complicada: factores personales y cierta propensión
a la pereza, fueron haciendo que cada vez las entradas sean menos numerosas, se
distancie mucho más el tiempo que transcurre entre cada una de ellas y que,
además, estas se nutran mucho más de "material ajeno": citas de
libros que estoy leyendo, películas, canciones, etc. A ello, estoy en los
últimos meses, para demostrar que el blog todavía está vivo, reproduciendo
reseñas que publico en otros medios, básicamente en la revista "Ruta
66". Pero tampoco creo que esto pueda demostrar que este espacio de
Internet está vivo, más bien que se mantiene en un estado no demasiado
saludable.
Y aquí estamos
recapitulando, haciendo tanto un examen de conciencia como un vago compromiso
público por escribir más, con mayor frecuencia. Aunque es un compromiso que se
asume, al menos por el momento, sin excesivo entusiasmo. Porque, a la que acabo
de escribir estas líneas, se me aparecen otras dudas, especialmente por el
hecho de que uno también quiere encontrar el tiempo, el espacio para tratar de
escribir algo que valga la pena... Y de nuevo las preguntas... ¿Ficción?
¿Seguir refugiado en la modesta crítica cultural? ¿Pasar de esa modestia al
ensayo? ¿Atreverse de una vez por todas con la poesía?
Acabamos por
ahora, pero, disculpen las molestias, tal vez sigamos...
2 comentarios:
"Vingt lignes par jour, génie ou pas." Feliz aniversario.
Óscar:
Gracias por su felicitación. Y por la cita de Stendhal la cual me lleva a un magnífico libro elaborado sobre esa premisa y que, por lo tanto, se emparenta con esta entrada:
http://www.telam.com.ar/notas/201505/106757-una-joya-escondida-y-recuperada.html
Saludos y gracias por acercarse por aquí y tomarse la molestia de escribir algo,
C.-
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