"No vine aquí para escribir, vine aquí para estar loco." le dijo el escritor Robert Walser a un visitante del hospital psiquiátrico de Herisau para explicar su sequía creativa desde 1932, poco más o menos coincidiendo con su internamiento, diagnosticado según el informe médico oficial por "depresión marcada y severa inhibición. Respondió con evasivas a preguntas sobre el hecho de estar harto de la vida."
La anécdota, la frase, los datos los tomo de Mecanismos internos, de J.M. Coetzee, volumen que reúne ensayos, publicados como artículos ("en una versión anterior" se nos dice en las aclaraciones finales) o como introducciones a determinadas ediciones. Todos tratan sobre escritores del siglo pasado. Por el momento sólo he leído el primero, dedicado a Italo Svevo, y me ha sorprendido que el tono predominante es más periodístico que crítico, aunque se muestra bastante severo con el trabajo de algún traductor. Eso sí, abundan las notas al final que remiten a una copiosa bibliografía. Parece claro que cuando Coetzee escribe sobre algún escritor, ha leído su obra (presumiblemente en el idioma original), pero también bastante de lo que se ha escrito sobre él.
Ahora recién comienzo a leer el segundo ensayo, dedicado a un escritor como Walser, por el que siento debilidad. Me he encontrado con esa frase, que dice bastante de la perpleja actitud ante el mundo que tuvo el autor suizo y con la que nunca he dejado de identificarme.