Eduardo Lago escribía ayer el obituario de David Foster Wallace, finalizándolo con un párrafo con el que coincidimos bastante:
"La inesperada desaparición del escritor en plena posesión de su talento ha causado una profunda desazón entre sus seguidores: éramos muchos los que estábamos convencidos de que lo mejor de David Foster Wallace estaba aún por llegar."
En El Síndrome Chéjov, fueron de los primeros en dar cuenta de la noticia el domingo. Y se dieron cuenta de lo mal que anda el periodismo - digital y en papel - cultural en nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario