Una de los efectos más preocupantes que ha tenido en esta parte del mundo, el aterrador paso del huracán Katrina es que ha avivado un cierto americanismo, fundado básicamente en la nefasta reacción del gobierno norteamericano, por eso es interesante traer a colación algo que menciona hoy Lluís Foix:
La cultura americana no son solo las canciones modernas, las hamburguesas y la organización de la vida. Son también las casi dos mil orquestas sinfónicas, las siete millones de entradas anuales para la ópera y los quinientos millones de visitantes a los museos del país. Es también una comunidad académica que alberga al ochenta por ciento de los premios Nobel vivos y unos medios de comunicación que van a explicar las debilidades de esta administración.
La cultura americana no son solo las canciones modernas, las hamburguesas y la organización de la vida. Son también las casi dos mil orquestas sinfónicas, las siete millones de entradas anuales para la ópera y los quinientos millones de visitantes a los museos del país. Es también una comunidad académica que alberga al ochenta por ciento de los premios Nobel vivos y unos medios de comunicación que van a explicar las debilidades de esta administración.
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