Y en plena forma...
"I mean, can I just say it? I'm fat. It sucks to be a fat girl. Can people just let me say it? It sucks. It really sucks. And I'm going to go ahead and say it. It's your fault."
Llega un grito a través del cielo. Ya ha ocurrido otras veces, pero ahora no hay nada con que compararlo.
23 de mayo de 2014
14 de mayo de 2014
8 de mayo de 2014
El mar interior, Philip Hoare
"Lejos,
en el centro de la ciudad, el reloj de un campanario da la hora. Dentro de la
casa las cosas se mueven y caen. Los listones del suelo crujen como los de un
barco. La casa reacciona al descenso de calor y se queda dormida. Yo yazgo en
mi estrecha cama, escuchando el sonido de la oscuridad. Un rumor difuso llega
desde los muelles, lugares impíos abiertos las veinticuatro horas en los que
las negras aguas rezuman restos de sodio. Apago la luz de la mesita de noche y
oigo a alguien llamándome por mi nombre, como si la noche no quisiera dejarme
tranquilo. El tiempo que antes pasaba bebiendo y bailando y drogándome está
ocupado ahora por un embriagador vacío. De madrugada me parece que hay algún
animal agitándose en alguna de las habitaciones, quizá un osezno al que
acicalan a lametazos. Y a veces me despierto muy temprano y oigo a mi madre
lavando los platos abajo, a pesar de que hace seis años que falleció.
La casa tiene su propia historia. Se ha enyesado, ampliado y reducido, creciendo y menguando con la moda como si fuera la altura de la falda de una mujer. El jardín donde yo holgazaneaba siendo joven leyendo "El Rey Lear" una tarde de verano (aunque hubiera preferido estar escuchando "Ziggy Stardust" en mi radiocasete), hace tiempo que ha sido ocupado por las hierbas. En algún punto oculto en lo más profundo de los matorrales está la valla de tela metálica que delimita la parcela y que colocó el promotor que dividió estre brezal en la década de 1920. Si la edad de un seto se puede deducir del número de especies que viven en un tramo determinado, también se puede fechar una calle por el estilo y los detalles de sus casas. En otros tiempos la casa estaba más vacía: fuegos abiertos de carbón en lugar de calefacción central, un géiser de agua caliente que cobraba vida sobre la vieja bañera esmaltada con una desnuda estufa eléctrica colgada peligrosamente encima. No había teléfono, ni moqueta a medida, ni cristales dobles: los niños pasaban más tiempo en la calle."
La casa tiene su propia historia. Se ha enyesado, ampliado y reducido, creciendo y menguando con la moda como si fuera la altura de la falda de una mujer. El jardín donde yo holgazaneaba siendo joven leyendo "El Rey Lear" una tarde de verano (aunque hubiera preferido estar escuchando "Ziggy Stardust" en mi radiocasete), hace tiempo que ha sido ocupado por las hierbas. En algún punto oculto en lo más profundo de los matorrales está la valla de tela metálica que delimita la parcela y que colocó el promotor que dividió estre brezal en la década de 1920. Si la edad de un seto se puede deducir del número de especies que viven en un tramo determinado, también se puede fechar una calle por el estilo y los detalles de sus casas. En otros tiempos la casa estaba más vacía: fuegos abiertos de carbón en lugar de calefacción central, un géiser de agua caliente que cobraba vida sobre la vieja bañera esmaltada con una desnuda estufa eléctrica colgada peligrosamente encima. No había teléfono, ni moqueta a medida, ni cristales dobles: los niños pasaban más tiempo en la calle."
Philip Hoare, El mar interior. Traducción de Joan Eloi Roca. Ático de los Libros, Barcelona, 2013
7 de mayo de 2014
El mundo dividido en tres partes
Sergio Chejfec, Modo linterna (Editorial Candaya, 2014)
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