27 de enero de 2008

Recomendado: La nave de los locos

A través de Una temporada en el infierno - bitácora cuya lectura se me está haciendo imprescindible -, llego a La nave de los locos, Literatura y más..., el blog (muy) personal de Fernando Valls, excelente y riguroso crítico literario a quien perdí la pista cuando dejó de ser director de la revista Quimera, a la que sigo considerando la mejor revista literaria que se edita por estos lares.
Para quien no lo conozca, en su perfil blogger, Fernando Valls se presenta así:
Nací en Almería en 1954, aunque desde 1973 resido en Barcelona. Soy profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero en la actualidad estoy como profesor invitado en la Freie Universität, de Berlín. He publicado numerosos trabajos sobre la narrativa española actual, así como sobre algunos de los componentes de la llamada `la otra generación del 27´ (Enrique Jardiel Poncela, José López Rubio y Miguel Mihura). Dirigí la revista literaria Quimera y ahora soy director de las colecciones Reloj de arena y Cristal de cuarzo, de la editorial palentina Menoscuarto, ambas dedicadas en exclusiva a la narrativa breve. Colaboro en publicaciones como Ínsula, Clarín, Mercurio y Revista de Occidente.
Desde su descubrimiento, es un sitio que visito a menudo y animo a mis improbables lectores que lo hagan. Como muestra, La narrativa española del 2007. Mis preferidos (los de Fernando Valls), razonable - y razonada elección.

26 de enero de 2008

25 de enero de 2008

MV & EE WITH THE GOLDEN ROAD en la Sala Apolo

A través del muy recomendable programa de radio Ones de Crom (que les dedica toda una sesión) me informo que Matt Valentine y Erika Elder visitarán la Sala Apolo 2 el próximo lunes 28 de enero. Una buena ocasión para conocer de primera mano que es lo que se cuece dentro de lo que se llama "psicodelia folk". Personalmente, lo que Valentine y Elder realizan me convence en un primer momento - ya verán que en la web del Apolo, se habla de una posible conexión con On the beach, uno de mis discos favoritos de Neil Young -, aunque procuro dosificarlos para no caer en un excesivo ensimismamiento. Por ello mismo, me atrae tanto la oportunidad de acercarme al concierto tanto como buscar alguna excusa para no hacerlo, y esto último siempre es más fácil. Les dejo a continuación algunos sonidos y reflexiones acerca de Gettin' Gone, el disco que la pareja de Massachussets viene a presentar, recogidos en un vídeo que no me atrevo a calificar de promocional:


11 de enero de 2008

¿Dónde están tus amigos esta noche?

Después de una semana de trabajo excesivo, con la conseguiente inactividad de este blog, recién acabo de finalizar uno de los muchos compromisos que voy acumulando. Actualmente, nada me apetece más que escuchar música que me remueva al menos un poco sin exigirme demasiado: ¿Dónde están tus amigos esta noche? me increpan LCD Soundsystem (genial la página de entrada y, en general todo su diseño).

Eso: ¿dónde están? ¿dónde estamos? Estoy jodido...


6 de enero de 2008

Palmares 2007 Cahiers du Cinéma (Francia) con presencia catalana

La liste de la rédaction des Cahiers:

1. Paranoid Park de Gus Van Sant
2. Boulevard de la mort de Quentin Tarantino

INLAND EMPIRE de David Lynch
Still Life de Jia Zhang-ke
5. La France de Serge Bozon

Zodiac de David Fincher
7. Les Amours d’Astrée et de Céladon d’Éric Rohmer

Honor de la cavalleria d’Albert Serra
Avant que j’oublie de Jacques Nolot
10. I Don’t Want to Sleep Alone de Tsai Ming-Liang

Ne touchez pas la hache de Jacques Rivette
Syndromes and a Century d’Apitchapong Weerasethakul


Creo que debe ser la primera vez que una película catalana es seleccionada entre lo mejor de la producción estrenada durante un año por los prestigiosos Cahiers du cinéma. Por lo tanto, bien merece la pena dejar constancia del hecho, especialmente puesto que se trata de una película modesta en presupuesto pero ambiciosa - o mejor, enteramente libre - en cuanto a sus intenciones.

A continuación, una breve entrevista - en catalán - a su responsable:



La liste des lecteurs

1. Still Life de Jia Zhang-ke
2. Paranoid Park de Gus Van Sant
3. INLAND EMPIRE de David Lynch
4. Les Promesses de l’ombre de David Cronenberg
5. Syndromes and a Century d’Apitchapong Weerasethakul
6. La Graine et le mulet d’Abdellatif Kechiche
Lettres d’Iwo Jima de Clint Eastwood
8. Les Amours d’Astrée et de Céladon d’Éric Rohmer
Ne touchez pas la hache de Jacques Rivette
10. Boulevard de la mort de Quentin Tarantino
I Don’t Want to Sleep Alone de Tsai Ming-Liang
4 mois, 3 semaines, 2 jours de Cristian Mungiu
Zodiac de David Fincher

Still Life también ha sido una de mis films favoritos de la temporada. Aquí el trailer:




Aún no conocemos las listas de los colaboradores y lectores de Cahiers du cinéma España, pero en el adelanto del número de enero ya avanzan algo.

5 de enero de 2008

Novedades en Babelia


Manuel Rodríguez Rivero se estrena hoy como colaborador de Babelia. Le acompañarán cada sábado las ilustraciones de Max, como la que ponemos hoy adornando esta entrada. Me gusta empezar el sábado leyéndolo.
Con todo, el plato fuerte del suplemento cultural de El País, es un artículo de Enrique Vila-Matas, teóricamente una crítica de A lo largo del camino, de Julien Gracq, pero que se convierte en un sincero homenaje al escritor francés recientemente fallecido. Apenas las primeras líneas se dedican a la obra que teóricamente se comenta:
Pienso en aquello que Tolstói dice de Napoleón y que Julien Gracq transcribe en A lo largo del camino: "Con un gran tacto y una gran experiencia, con calma y dignidad, cumplió su papel de jefe imaginario". Podríamos perfectamente aplicarlo al propio Gracq, último clásico de la literatura francesa.
La última frase determina como prosigue la ¿reseña?, de la cual reproducimos algunas líneas, escogidas casi al azar:
Le creíamos anticuado y es el más moderno de todos, es el porvenir.
En El mar de las Sirtes el procedimiento narrativo acoge tendencias y tradiciones literarias que el autor absorbe y transforma, lo que le relaciona, aunque sea sólo de manera oblicua, con ciertas técnicas modernas, borgianas, por llamarlas de alguna forma. El mar de las Sirtes no sólo se alimenta de los materiales que le proporciona la vida, sino que también crece, misteriosamente, sobre otros libros. Es una novela hecha con el estilo de un espíritu nuevo que absorbe, transforma y, finalmente, restituye, con una forma inédita, la enorme materia literaria que le precede.
Pero no sólo este aspecto intertextual sitúa El mar de las Sirtes en el aire del tiempo, sino también la victoria francesa del estilo sobre la trama, su sentido terrible de la percepción, la conexión con las ventanas altas de la poesía... Todo eso la sitúa en la pista de plata de la novela del futuro. La trama, por ejemplo, es tan lenta como el atardecer terrible de una civilización de antiguo esplendor, ya apagándose: poética de la inactividad y de la ensoñación solitaria y del contagio nebuloso entre la trama y un estilo que termina por avanzar a zancadas mientras la trama, tirada por el suelo, a duras penas le sigue, arrastrándose.
¿Y qué decir de la morosa espera que cruza la trama de El mar de las Sirtes y nos acerca al presentimiento terrorífico del estéril porvenir que a Occidente le espera? La novela es, de hecho, una sorprendente aproximación a lo que nos está sucediendo ahora. Es la narración de una decadencia brutal y de una angustia. Es literatura de percepción, no profética.
El libro de Gracq no sólo se sitúa en esta corriente de escritores con espejos que se adelantan, sino que parece conocer el centro de nuestro problema actual: la situación de absoluta imposibilidad, de impotencia del individuo frente a la máquina devastadora del poder, del sistema político.
Por otra parte, en ABCD han perdido a Manuel Rodríguez Rivero, pero se mantiene Andrés Ibáñez, que ha empezado el año en plena forma, pero de él hablaremos en otra ocasión.

3 de enero de 2008

Sobre la habitual costumbre de ignorar a la música (clásica) contemporánea

El sábado pasado, el remozado suplemento cultural del diario El País, Babelia, dedicaba unas páginas a resumir lo mejor del año, lo que incluía una lista de las mejores obras publicadas durante 2007. Ignoro el motivo, pero las listas se circunscribían a libros, discos no-clásicos (por llamarlos de alguna manera) y discos clásicos.
Con la lista de libros es bastante difícil no estar de acuerdo: el título que encabeza la selección de "los más de 30 críticos" - transcribo del original - que han participado para confeccionarlo es el mismo que elegiría yo: Vida y destino, de Vassili Grossman, al fin publicada en su totalidad. Otros libros que también me han convencido este año y que figuran en la relación son: El canto de las sirenas, de Eugenio Trías; La carretera, de Cormac McCarthy, o Exploradores del abismo, de Enrique Vila Matas - a la cual ya nos hemos referido en este diario: I, II -, junto a otras obras que aún no conozco pero que parecen haber conseguido un cierto consenso favorable dentro del periodismo cultural: la última de Javier Marías, el novelón de Jonathan Littell, una concesión a la poesía mediante Eros es Más, de Juan Antonio González Iglesias, y cerrando el listado se incluye la aportación crítica de Belén Gopegui, el ensayo científico de Wagensberg, y el enorme tomo dedicado al mundo clásico escrito por Robin Lane Fox.
En riguroso orden de aparición, la siguiente lista corresponde a la de los discos de música no clásica. Aquí la cosa ya invita abiertamente a fruncir el ceño. Se trata de una lista cautelosa, rechazando apuestas personales o arriesgadas: ¡si hasta el Wall Street Journal incluye a John Zorn o The Nels Cline Singers en su "the best of 2007" dedicado a la música! Utilizo la expresión de discos no-clásicos con toda la intención: apostaría contra cualquier improbable lector de este rincón que de ninguna obra de la decena relacionada en la clasificación elaborada por los críticos de Babelia - textualmente: ahora no son treinta - nos acordaremos cuando tengamos que hacer un repaso de lo mejor de la década: ni yo, ni los críticos de Babelia. Ni siquera del de Ornette Coleman. El primero es el de Robert Plant y Alison Kraus, que es agradable pero correcto sin más, le siguen el de Wilco - tampoco es el mejor de su carrera -, el de Rufus Wainwright - que escucho con agrado, pero sin parecerme tampoco excepcional -y luego, el de Robert Wyatt - tal vez el mejor de los cuatro, pero que me ha parecido una obra menor del maestro. Después siguen dos ejemplos de las llamadas músicas del mundo: el disco de la Orchestra Baobab y el de Andy Palacio y The Garifuna. A continuación aparece la representación nacional mediante el disco de Deluxe - ¿no se ha grabado ningún otro mejor disco en nuestro país? ¿seguro? - que precede al de Coleman y cerrando la lista y para demostrar que en el fondo los críticos de Babelia son muy atrevidos - pero dentro de un orden -, pues White Stripes y Davendra Banhart.
El artículo anterior - en realidad una recopilación de breves reseñas de los discos mencionados - se titulaba "Fuera de sus casillas". Así, empecé a sentirme yo cuando llegué a la lista de "clásicos para ver y escuchar" - así fue como clasificaron su selección - y leo los discos: una grabación de Mahler, una de Albéniz, el disco de Cecilia Bartoli - que está bien, pero no sé... - el de Flórez - ídem que el de la Bartoli -, una recuperación muy de agradecer de Toldrá, la integral de sonatas de Beethoven de Barenboim,... y el primer músico actual es Hans Werner Henze, eso sí con una grabación de una ópera compuesta a principios de los años 50, Boulevard Solitude, en la estimable versión del pasado año que se representó en el Liceu de Barcelona. Otras dos óperas también se incluyen en el listado, una firmada por Rossini y otra por Monteverdi - suponemos que por aquello del cuarto centenario de L'Orfeo -, además del sentido homenaje a la singular Jacqueline Du Pré. Todos son grandes discos - o documentos videográficos -, pero para Babelia - y todos los suplementos culturales - la música clásica contemporánea no se tiene en cuenta a la hora de hacer estos resúmenes, como tampoco le dedican una digna atención.
Aplicando los criterios de la elaboración de la lista de discos de música clásica de Babelia a las otras listas Javier Marías tendría que competir con alguna reedición de Cervantes o de García Márquez, o White Stripes con las reediciones de Joy Division que han aparecido este año, ¿no creen? El arte actual es el que se realiza hoy.
Nota 1: Somos conscientes que Vida y destino no es una obra actual, pero conociendo las vicisitudes de una obra realizada en pleno período estalinista, creemos que en este caso podemos efectuar una excepción al aserto que hemos realizado en el anterior párrafo.
Nota 2: Dada la cantidad de obras relacionadas, hemos optado por reducir los enlaces al mínimo imprescindible.
Nota 3: No todo nos pareció tan mal; en ese mismo número de Babelia se incluía un - muy breve - retrato dedicado a Pere Portabella, muy acertadamente titulado "Una mente siempre activa".

2 de enero de 2008

Internet 2008: De celebraciones y defunciones

El logotipo, como viene siendo habitual cada inicio de año (y otras ocasiones), de la página principal de Google - ¿para qué incluir un enlace? - conmemoraba ayer el 25 aniversario de la adopción generalizada del protocolo TCP/IP. El de enero de 1983, los 400 ordenadores conectados a la red 'ARPANET' (creada a finales de los 60 por encargo del Departamento de Defensa de EEUU y que luego se convertiría en el germen de Internet) cambiaron la forma de comunicarse entre ellos, pasando del protocolo NCP a utilizar TCP/IP. Algo más de información en google.dirson.com.

Por otro lado, ayer conocimos también que AOL, la compañía propietaria de Netscape, dijo ayer adiós a este navegador web. No darán soporte a partir del 1 de Febrero del 2008. Ya no lo utilizaba, pero fue una herramienta habitual y ligada a los inicios de mi andadura en Internet. Por suerte, nos queda Mozilla, aplicación de código abierto que nació precisamente de Netscape. En eConectados, dan más información así como una completa cronología del histórico navegador.

1 de enero de 2008

Reseña: Keith Jarrett/Gary Peacock/Jack DeJohnette - My Foolish Heart – Live At Montreaux

Comencemos el año con buen pie, cumpliendo con un antiguo compromiso, pues prometí, en una entrada anterior, escribir sobre My Foolish Heart – Live At Montreaux, editado por ECM (y distribuido en España por Nuevos Medios):

Grabado en el 2001, Jarrett ha guardado las cintas del concierto hasta ahora, sabiendo – viejo zorro – que debía madurar un poco, como el vino, para poder lanzarlo al mercado. En las notas interiores, el pianista considera que la actuación que recoge este doble compacto ha sido la única noche en la que han sentido como podían agarrar por el cuello a la audiencia e introducirlos en la música que él y sus viejos camaradas interpretaban. Y todo ello, pese a problemas con la luz, el sonido y el calor, aunque, conociendo a Jarrett, lo extraño sería que no hubiese encontrado problemas. Tal vez por esos problemas, la calidad parezca crecer a partir de las tres versiones ragtime que recoge la grabación: dos de “Fats” Waller – “Ain’t Misbeshavin’” y “Honeysuckle Rose” – y otra, que corresponde al clásico de Hart y Rodgers, “You Took Advantage of Me”, que anteceden a una estupenda versión del Straight, No Chaser”, que, aparte de los murmullos de Jarrett, presenta un muy notable trabajo de Peacock y DeJohnette – que tienen un notable protagonismo durante todo el disco, todo sea dicho -. Las piezas enumeradas ya señalan un notable eclecticismo, en una actuación que se abrió con una nada fácil y larga versión de “Four” de Miles Davis. Pero hay que coincidir con el autor de “The Köln Concert”, aquella fue una noche especial y lo complejo parecía adquirir una súbita levedad, y las piezas aparentemente más leves esconden en su interior apasionantes recovecos: véase la mágica – no podía ser de otra manera, claro está - irrupción de “Bewitched, Bothered and Bewildered” durante la revisitación del “Five Brothers” de Gerry Mulligan.
En un momento musical – en sus aspectos creativo e industrial – un tanto confuso, que pone de relieve tal vez más que nunca aquella boutade atribuida a Zappa, de que escribir sobre música es como bailar arquitectura, pocas cosas más gozosas hay para un humilde escribiente sobre discos que escribir sobre uno como éste. Y si no se ha conseguido hasta ahora coger por el cuello al lector y arrastrarlo a la tienda de discos a por un ejemplar, ha sido, evidentemente, un fracaso del cronista. Con todo, y aun siendo por iniciativa propia, haría bien el lector en acercarse a este “The Foolish Heart”, pues pocos ejemplos recientes habrá parecidos en su capacidad de reactivar el entusiasmo por la música, con m mayúscula.