30 de abril de 2011

Destino Errante, de Paula M. Gallardo

Esta mañana me ha vuelto a acosar

una extraña ansia de sumergirme en este círculo absurdo

de prisas locas, ocupaciones ineludibles, tareas inaplazables

y chorradas así.

Hay un deseo de pertenencia que aún

no he satisfecho.

Un sentirme incluida en este manicomio

al que pretendemos llamar vida

en un olvido constante de que estamos vivos de verdad.

No lo he conseguido.

No creo que lo consiga jamás.

Hay días en los que

se me antoja todo tan extraño,

tan insufrible, tan inaceptable,

que sólo contemplo la opción de los nómadas.

Y caminar.

Y desaparecer.


6 de abril de 2011

Alice Munro (II)

Cuando eres pequeño te transformas en una persona distinta todos los años. Suele ser en otoño, cuando vuelves al colegio, ocupas tu sitio en un curso superior y dejas atrás el letargo y el desorden de las vacaciones de verano. Es entonces cuando aprecias el cambio con más nitidez. Después no estás seguro ni del mes ni del año, pero los cambios continúan siempre igual. Durante mucho tiempo te desprendes del pasado con facilidad y de una forma que parece automática y adecuada. Las escenas del pasado, más que desvanecerse, dejan de tener importancia. Y entonces se produce una brusca vuelta atrás, lo que está acabado y bien acabado resurge de repente, requiere tu atención, incluso que hagas algo al respecto, aunque salte a la vista que no se puede hacer nada.

Alice Munro, Demasiada felicidad (traducción de Flora Casas. Editorial Lumen, Barcelona, 2010)